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Esta imagen representa dos células dividiéndose. Qué aventuras les esperarán (Tomada de http://www.bbc.com/ & Science Photo Library)

Capítulo 1: Hablemos el mismo idioma

Hace un par de semanas estaba fascinado escribiendo un artículo sumamente interesante sobre el metabolismo de los hidratos de carbono, algo que yo pensé que iba a causar sensación entre los lectores de Incandescente. Sin embargo, me encontré sorpresivamente con una discusión que es mucho más popular.

El tema del mes en Chile ha sido el Cáncer. Enfermedad horrible (sí: a ti te hablo, maldito cáncer). El cáncer se llevó a mi abuela y asusta hoy a familiares de mis amigos. Pero este mes me hizo comprender que lo que yo entendía de esta enfermedad no es lo que entiende la sociedad en general. Ésta, la palabra famosa más desconocida del mundo, es tremendamente malinterpretada por casi cualquier persona sin formación en Biología. No es raro entonces que caigamos en un diálogo de sordos cuando hablamos de identificación, tratamiento y cura. Si no sabemos con exactitud lo que es el cáncer (o lo que no es), menos podemos tener discusiones de calidad.

Vamos a intentar que, al final de leer este artículo, usted y yo hablemos el mismo idioma.

Contexto: En un programa matinal de la televisión chilena, un personaje identificado como el “Dr. Soto” indicaba que ciertas emociones pueden hacer que a usted o a mi nos dé cáncer. También indicaba que el odio de los padres hace que le dé cáncer a los niños. El segmento se llama “Medicina Consciente” y aparentemente es muy visto entre los chilenos a esa hora de la mañana. También en la misma sección se ha indicado que las fobias afectan a los huesos, que el ego causa hipertensión, que las canas son causadas por energías negativas que viajan por la familia y que los cinco elementos pueden afectar a la personalidad. Al final de este post le indicaré qué es lo que me aterra de estos titulares.

Curioso, he empezado a explorar en redes sociales y leer comentarios de todo tipo. Tras esta aventura he concluido tres cosas:

1) Toda la población sabe que existe ago llamado “cáncer”.

2) A toda la población le preocupa que el cáncer exista.

3) Pero gran parte de la población no sabe con exactitud qué es el cáncer.

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El villano de la serie The Walking Dead (AMC television) se llama Negan. Y así también se hacen llamar todos sus seguidores.

Capítulo 2: El enemigo tiene un nombre pero nunca fue uno solo

¿Por qué los científicos no han descubierto una cura para el cáncer? ¿Por qué las farmacéuticas conspiran para escondernos la verdad? ¿Por qué dos personas con cáncer pueden tener destinos tan distintos?

Desgraciadamente, la respuesta a estas maravillosas preguntas descansan en una verdad incómoda: NO existe UN cáncer, con UNA explicación y con UNA cura.

Se lo refraseo así: existen MÚLTIPLES cánceres, con MÚLTIPLES explicaciones y (como ya adivina) la investigación se concentra en encontrar MÚLTIPLES tratamientos. El problema es que a todas esas enfermedades les decimos “cáncer”. Si usted recién se entera de esto, no es raro que haya un sinnúmero de teorías conspirativas sobre “la” cura de esta enfermedad. Esto también pasa con otra palabra popular: resfrío. Tampoco es extraño caer en frases cliché como “se sabe que todas las enfermedades son producidas por las emociones”, como si todas las enfermedades fueran lo mismo. Olvida mucha gente que el origen de una enfermedad puede ser bacteriano, viral, autoinmune o, simplemente, “agotamiento de la maquinaria”.

Para poder seguir, necesito hacerle una pequeña clase de Biología. Prometo que es útil.

Punto 1: En los siguientes párrafos usted leerá las palabras ADN, ARN, proteínas y sistema inmune. El ADN es una gran molécula que contiene información para que cada célula funcione, pero es tan grande que la información se almacena por capítulos (algo que llamamos genes). Según el gen seleccionado se producirá un ARN (el ARN es considerado “un mensaje”, pues el ADN no puede viajar a otros lugares de la célula). Gracias al mensaje enviado por el ARN se producirán proteínas, que son las maquinitas del organismo. Finalmente, su sistema inmune es un grupo de células encargadas de vigilar que todo esté normal: detecta la presencia de bacterias, virus y células desconocidas.

Punto 2: Si usted es el resultado de la unión del óvulo de su mamá y el espermatozoide de su papá ¿cómo es que usted es ahora un alto y apuesto ser humano con extremidades y órganos? La primera palabra ñoña para esto es: proliferación. Desde que usted fue un embrión sus células se han duplicado, dividido, multiplicado. Ahora, si usted mira su mano separando sus dedos, le contaré que hubo una época de su vida en la cual usted tenía membranas entre los dedos, como los patos. ¿Que sucedió ahí? Otra palabra ñoña: apoptosis (o suicidio celular). Diariamente, algunas de sus células deciden suicidarse. El objetivo de este suicido generalmente es noble: para este ejemplo era dar forma a un órgano como sus manos.

En sus células, los procesos de proliferación (divídete), quiescencia (deja de dividirte y trabaja) y apoptosis (suicídate) están exquisitamente regulados por docenas de moléculas. Las más conocidas son proteínas, pero también participan ARNs. Ya se imagina el desastre que sería que alguna de estas moléculas fallara.

En ocasiones, las células se suicidan porque usted las dañó. Seguramente recuerda ese día en que fue a la playa y en la noche sus hombros dolían. Estaban rojos y apenas los podía rozar. La explicación más simple para esto es que un grupo importante de células de su cuerpo, en ese momento, se estaban suicidando. Y lo hacen por una buena causa: para salvarlo(a) a usted. A continuación le explico.

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Juan Herrera (de la geniel serie Los 80, Canal 13 Chile) hacía todo lo posible por tener a su familia feliz y aún así cada domingo le tocaba sufrir. #TodosSomosJuanHerrera (Tomada de http://www.t13.cl)

Capítulo 3: ¿Qué podría salir mal?

Para que las células determinen si se deben multiplicar o suicidar, existen una serie de controles de calidad en su interior. Usando un lenguaje biológico, su ADN es completamente chequeado por proteínas para asegurarse que no hay errores en su estructura. En el ejemplo de sus hombros adoloridos y rojos después de un día de playa, la célula decidió suicidarse porque la radiación solar dañó irreversiblemente al ADN de las células de la superficie de su piel. Es sabido que la radiación solar ultravioleta (por esa que usted se pone bloqueador solar) puede alterar la estructura del ADN o incluso romper la molécula. Aunque esto puede ser reparado, en muchas ocasiones la célula decide suicidarse dando paso a células jóvenes y sin problemas (al menos eso uno espera).

¿Y por qué es tan importante mantener el ADN sin errores?

Imagínese al ADN como un manual de instrucciones para hacer piezas. A esas piezas los biólogos les llamamos ARNs y proteínas (ya le expliqué arriba lo que eran) y formarán la maravillosa máquina que es su cuerpo.  Si las instrucciones fallan, las piezas fallan. Si las piezas fallan, empiezan a ocurrir cosas indeseadas. ¿Qué podría salir mal? Enumeremos:

  • Una página del manual puede perderse
  • Una página del manual puede estar repetida dos veces
  • Una instrucción del manual puede tener una palabra mal escrita que cambia el sentido de la frase
  • El manual está bien escrito, pero la persona que lo lee entiende mal la instrucción.
  • El manual está bien escrito, pero uno de los operadores se subleva y decide empezar a hacer cosas por su cuenta
  • El operador sublevado contagia a otros trabajadores
  • Los guardias de seguridad de la empresa (encargados de detener al operador sublevado) no se dan cuenta que alguien está cometiendo un desorden

Ahora imagine que el manual de instrucciones es el ADN, los trabajadores son proteínas y los guardias son su sistema inmune. Una falla catastrófica sería que sus células empezaran a dividirse alocadamente.

Tal como en una empresa que funciona bien, su cuerpo está preparado para hacer frente a todos estos problemas. Día a día, potenciales células cancerosas son removidas de su cuerpo gracias al propio suicidio celular o por el sistema inmune que vigila hechos extraños. Pero tal como en diferentes catástrofes, en ocasiones los sistemas de vigilancia del cuerpo fallan o simplemente no dan abasto para controlar problemas: es el nacimiento de un tumor.

Usando un lenguaje biológico, el correcto control de la proliferación de una célula depende de una coordinación estrecha entre las proteínas producidas bajo el mando del los genes asociados a duplicación (llamados oncogenes) y las proteínas que provienen de genes con información para detener la duplicación (llamados supresores de tumores). Los estudios más recientes sobre diferentes tipos de cáncer indican que a lo largo de la vida, las mutaciones se acumulan en diferentes proteínas hasta que el sistema se sale de control. Por eso mientras más viejitos, más posibilidades.

En otras palabras: un cáncer es una enfermedad caracterizada por la duplicación fuera de control de sus células, las que perdieron la capacidad de autoeliminarse y en las que el sistema inmune perdió la capacidad de detener su crecimiento. Y como ya le he insistido varias veces, los orígenes de esta enfermedad son tan variados, que no es posible hablar de “una” cura para ella, pues entre diferentes personas la falla no suele ser la misma.

Epílogo: Hay tanto que discutir

Este artículo fue escrito con el espíritu de introducir amigablemente el concepto de cáncer. En el futuro, esperamos escribir más sobre detección, tratamiento y curas.

Hoy, las terapias exitosas anti cáncer (porque sí, hay terapias exitosas alla afuera para ALGUNOS tipos de cáncer) atacan diferentes puntos:

  1. Aprovechan que las células cancerosas consumen muchos recursos, enviándoles venenos que estas células consumen
  2. Conocen exactamente las proteínas con fallas y envían fármacos que corrigen su función
  3. Fortalecen el sistema inmune para que éste ataque el tumor “desde adentro”, como si fuera una bacteria o un virus.

En futuros posts revisaremos casos de cáncer para los que hay curas porque hay cambios químicos bien identificados capaces de ser resueltos con fármacos. También revisaremos exámenes que pueden indicar que usted está en riesgo de tener un cáncer (tal vez ha oido hablar de la famosa actriz Angelina Jolie y por qué se realizó una mastectomía). También revisaremos qué estrategias puede seguir usted para combatir el cáncer, reducir la posibilidad de acumular mutaciones y mantener su sistema inmune sano. Y revisaremos con mucho cuidado algunas terapias alternativas erróneas que circulan por internet debido a la interpretación incorrecta de datos científicos concretos (como las “dietas alcalinas”, que se basan en un error de interpretación de los estudios de un científico llamado Otto Warburg).

Al principio de este artículo indicamos que había controversia porque un personaje de televisión indicaba que el odio producía cáncer. Esta aproximación mística para el origen de la enfermedad dejó a muchos miembros de la comunidad científica sorprendidos. No porque los científicos creamos que el stress y el odio no sean importantes para la salud (De hecho, el stress sí aumenta los niveles de una sustancia llamada cortisol y este cortisol sí deprime al sistema inmune. Y ya le explicamos que un sistema inmune deprimido puede pasar por alto el nacimiento de un tumor). Lo que nos preocupa es que la sociedad, desconfiada con razón de sus instituciones, crea que la investigación científica “esconde algo” y que estos individuos son especies de héroes modernos cuando, aparte de buenas ideas, no presentan datos concretos (“Resista, Doctor” escribe un comentario de Facebook).

Esta mezcla de desconfianza y mala preparación en Biología ha llevado a un aumento en la popularidad de explicaciones y curas místicas a enfermedades claramente identificadas como bacterianas, virales, autoinmunes o de origen genético. Es indudable que el estado de ánimo sí es actor en la salud de una persona. Pero si usted sabe que “las emociones causan enfermedades”, no es lo mismo que decir “todas las enfermedades son causadas por emociones”. En otras palabras, el bicho que hace a usted le dé fiebre sí se conoce y sí se puede ver en un microscopio, pero alguien quiere hacerle creer que un complot farmacéutico esconde “la verdad”. Como si ese bicho que ha matado millares desde hace 500 años fuera un invento moderno o prefiriera gente pesimista.

Como discutimos en un post previo de esta página, por desgracia para los científicos, estas explicaciones místicas suelen ser mucho más populares y atractivas que nuestros gráficos, definiciones porcentajes y fórmulas, algo que la educación escolar formal ha enseñado a odiar en vez de abrazar. Seré enfático en este punto en que no pienso que es descabellado que fuerzas espirituales estén gobernando aspectos de la salud de la gente. Lo que no puedo concebir es que un enfoque “alternativo” reemplace la cura dirigida a una proteína defectuosa bajo el único argumento de que “hay que abrir la mente”, como si la idea por sí misma fuera tan válida como los datos a favor o en contra de ella.